La caza es una tradición profundamente arraigada en muchas partes de España, y con ella viene el uso de perros de caza, que son aliados indispensables en esta actividad. Con la reciente Ley de Bienestar Animal de 2023, se han establecido normativas importantes para proteger a los animales, lo cual es positivo y necesario. Sin embargo, el debate surge cuando hablamos de los perros de caza, que cumplen un papel especial en esta actividad y no pueden ser tratados de la misma manera que los perros de compañía.
Aquí te explicamos por qué, desde una perspectiva favorable a la caza, los perros que participan en actividades cinegéticas han recibido un tratamiento diferente en la nueva legislación.
Perros domésticos: Normativas estrictas y uniformes.
Para entender el porqué de las diferencias, primero veamos las normas para los perros domésticos, como los que todos tenemos en casa. La Ley de Bienestar Animal impone obligaciones bastante claras para garantizar que estos animales vivan bien cuidados y respetados:
- Registro obligatorio: Todos los dueños de mascotas tienen que registrar a sus animales en un censo.
- Esterilización: Se recomienda esterilizar a los animales domésticos para evitar la sobrepoblación.
- Curso obligatorio: Los propietarios de perros domésticos tienen que hacer un curso para aprender cómo cuidar y manejar a sus mascotas.
- Prohibición de maltrato: Cualquier tipo de maltrato físico o psicológico está penado por la ley, con sanciones que pueden ser muy severas.
- Prohibición del sacrificio: Los animales abandonados no pueden ser sacrificados, salvo por motivos de salud irrecuperable.
Esto garantiza que los animales domésticos estén protegidos en su vida diaria, con todas las necesidades cubiertas y con un trato digno. Pero, ¿qué pasa con los perros de caza? Aquí entra en juego la particularidad de su rol.
Perros de caza: Un trato adaptado a su función.
Los perros de caza no son simplemente perros que acompañan a sus dueños en paseos. Son animales de trabajo, entrenados y seleccionados para participar activamente en la caza. Cumplen una labor fundamental que implica resistencia, agilidad y un instinto desarrollado para rastrear, perseguir y recuperar presas. Es por eso que, cuando se trata de estos animales, la ley ha establecido una exclusión parcial que les permite seguir desempeñando su función sin las mismas restricciones que los animales de compañía.
Comparativa: Perros domésticos vs. Perros de caza.
Aspecto | Perros Domésticos | Perros de Caza |
Registro obligatorio | Sí | Sí |
Esterilización recomendada | Sí | No obligatorio |
Curso para propietarios | Obligatorio | No es necesario |
Condiciones de vida | Estrictamente reguladas para garantizar bienestar constante. | Adaptadas al trabajo cinegético; se garantizan cuidados básicos, pero las condiciones cambian en jornadas de caza. |
Sacrificio | Prohibido salvo por razones de salud. | Misma normativa que los domésticos. |
La importancia de la exclusión de los perros de caza.
Desde una perspectiva pro-caza, esta exclusión parcial tiene todo el sentido. Los perros de caza no son mascotas en el sentido convencional. Su vida y cuidado están adaptados a su rol en actividades cinegéticas, donde necesitan estar físicamente preparados para trabajar en el campo, a menudo en condiciones que no aplican a los perros que viven en un hogar.
- No necesitan esterilización: A diferencia de los perros de compañía, donde la esterilización es recomendable para evitar la sobrepoblación, en el caso de los perros de caza esto no es necesario, ya que muchos de ellos son criados específicamente para cazar y no se suelen abandonar.
- Sin curso obligatorio: Los cazadores conocen bien a sus perros, saben entrenarlos y cuidarlos de acuerdo a las necesidades de la actividad cinegética. Imponer un curso obligatorio aquí sería innecesario, ya que no es el mismo tipo de relación que la de un propietario de perro de compañía.
- Condiciones de trabajo: En una jornada de caza, los perros deben ser capaces de trabajar durante horas, en terrenos y climas variados. La ley entiende esto y permite ciertas flexibilidades que no aplican a los perros domésticos, siempre asegurando que no sufran maltrato ni sean sometidos a situaciones de riesgo extremo.
Un aliado en la caza, no una mascota más.
Los perros de caza no solo son compañeros, sino una herramienta esencial para la actividad. Su entrenamiento, genética y habilidades los hacen únicos. Es por eso que la ley ha considerado necesario hacer una distinción entre los perros de caza y los domésticos, permitiendo que los primeros sigan cumpliendo su función sin las mismas restricciones.
Desde el punto de vista de los cazadores y quienes apoyamos la caza, esta diferenciación es lógica. Los perros de caza viven para trabajar, y su bienestar no se pone en duda simplemente porque estén sometidos a otro tipo de exigencias. De hecho, un perro de caza bien cuidado es fundamental para una buena jornada cinegética. Son animales que requieren entrenamiento, buena alimentación y cuidados veterinarios regulares para mantenerse en forma.
Conclusión: Protegidos, pero con su propia normativa..
La Ley de Bienestar Animal ha traído muchas mejoras en la protección de los animales, lo cual es algo que todos podemos apoyar. Sin embargo, cuando hablamos de perros de caza, es importante reconocer que su rol y las condiciones en las que viven y trabajan son diferentes a las de los perros domésticos.
En lugar de imponer normativas que no encajan con la realidad de la caza, la ley ha encontrado un equilibrio que protege a los perros de caza, pero les permite seguir desempeñando su trabajo. Para nosotros, los cazadores, esto es esencial para mantener la tradición cinegética y asegurar que nuestras jornadas de caza sean efectivas, seguras y respetuosas tanto con los animales como con el entorno.
Y tú, ¿qué opinas de la exclusión de los perros de caza de la Ley de Bienestar Animal? ¿Crees que es necesaria para preservar la caza tal y como la conocemos? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!